Meryra Pepy

Meryra-Pepy
Faraón de la Dinastía VI de Egipto

Reinado
Más de 40 años, en la segunda mitad del siglo XXIV a. C. o a principios del XXIII a. C.[N 1]
Predecesor Userkara
Sucesor Merenra I
Información personal
Sepultura Pirámide de Pepi I
Familia
Padre Teti
Madre Iput
Consorte Anjesenpepi I, Anjesenpepi II, Nubwenet, Inenek-Inti, Mehaa, Sebwetet
Hijos Merenra I

Meryra-Pepy, Pepy I o Pepi I[N 2]​ fue un faraón del Antiguo Egipto, tercer rey de la Dinastía VI, que gobernó durante más de 40 años entre los siglos XXIV a. C. y XXIII a. C., hacia el final del período del Imperio Antiguo. Era hijo de Teti, el fundador de la dinastía, y accedió al trono tras el breve reinado del usurpador Userkara; su madre era Iput, probablemente hija de Unis, el último gobernante de la Dinastía V de Egipto. Pepi I, que tuvo al menos seis consortes, fue sucedido por su hijo Merenra Nemtyemsaf, o Merenra I, con el que puede haber compartido el poder en una corregencia hacia final de su reinado. Neferkara Pepy, que es posible que también fuera hijo de Pepi, sucedió a Merenra.

Durante su reinado se sucedieron numerosas complicaciones, empezando por el posible asesinato de su padre y el consiguiente reinado de Userkara. Más tarde, probablemente después de su vigésimo año de reinado, se enfrentó a una conspiración de su harén urdida por una de sus consortes, que podría haber intentado que su hijo fuera designado heredero al trono, y posiblemente a otra conspiración que involucraba a su visir hacia el final de su reinado. Enfrentado al prolongado declive del poder faraónico ante las dinastías emergentes de funcionarios locales, Pepi reaccionó con un ambicioso programa arquitectónico que incluía la construcción de templos dedicados a dioses locales y numerosas capillas dedicadas a su propio culto en todo Egipto, reforzando así su presencia en las provincias. La prosperidad de Egipto le permitió convertirse en el constructor más prolífico del Imperio Antiguo. A su vez propició la creación de pequeños centros provinciales y reclutó a funcionarios de extracción no noble para frenar la influencia de las poderosas familias locales. Continuando con la política de su padre, desplegó una red de depósitos accesibles a los enviados reales y desde los que se podían recaudar fácilmente impuestos y mano de obra. Reforzó su poder tras la conspiración del harén estableciendo alianzas con Jui, el nomarca provincial de Abidos, casándose con dos de sus hijas, Anjesenpepi I y Anjesenpepi II, y nombrando visires a la esposa de Jui, Nebet, y a su hijo Dyau. La política exterior egipcia bajo su mandato incluyó campañas militares contra Nubia, la península del Sinaí y el Levante meridional, desembarcando tropas en la costa levantina utilizando barcos de transporte egipcios. El comercio con Biblos, Ebla y los oasis del desierto occidental prosperó y Pepi emprendió expediciones mineras y de explotación de canteras en el Sinaí y en otros lugares.

Mandó construir un complejo de pirámides para su culto funerario al sur de Saqqara, junto al que construyó al menos otras seis pirámides para sus consortes. La pirámide de Pepi, que originalmente medía 52,5 m de altura, y el gran templo que la acompañaba, seguían la disposición habitual heredada de finales de la Dinastía V. El corpus más extenso de Textos de las Pirámides del Imperio Antiguo cubre las paredes de la cámara funeraria de Pepi I, la antecámara y gran parte del corredor que conduce a ella; por primera vez, estos textos aparecen también en algunas de las pirámides de las consortes. Durante las excavaciones se encontró un paquete de vísceras y un fragmento de momia, ambos presuntamente pertenecientes al faraón. El complejo funerario, denominado en idioma egipcio Pepy Mennefer (o Men-nefer),[19]​ continuó siendo el centro de su culto hasta bien entrado el Imperio Medio y acabó dando nombre a la cercana Menfis, capital de Egipto. Su culto cesó a principios del Segundo período intermedio. Los monumentos del complejo empezaron a ser saqueados para extraer su piedra durante el Imperio Nuevo y en la época mameluca fueron desmantelados casi por completo.

  1. Tiradritti y de Luca, 1999, p. 89.
  2. Wright y Pardee, 1988, p. 144.
  3. Verner, 2001b, p. 590.
  4. Altenmüller, 2001, p. 602.
  5. Brooklyn Museum, 2020a.
  6. a b von Beckerath, 1997, p. 188.
  7. Clayton, 1994, p. 64.
  8. Rice, 1999, p. 150.
  9. Málek, 2000, p. 104.
  10. Sowada, 2009, p. 4.
  11. Metropolitan Museum of Art, 2020a. Número de catálogo 17.5
  12. Hornung, Krauss y Warburton, 2012, p. 491.
  13. Jiménez Serrano, 2006.
  14. Vázquez Hoys, 2005.
  15. Bermúdez Calle, 2017.
  16. Borrego Gallardo, 2013.
  17. Fernández Boo, 2019, p. 58.
  18. Molinero Polo, 2001.
  19. Men-Nefer, «Estable en Belleza». De este nombre los griegos derivaron «Menfis», la capital egipcia fundada por Narmer (el mítico «Nemes») en el vértice del delta del Nilo en sustitución de Abidos.


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